sábado, 4 de enero de 2014

Demasiado lejos.. Demasiado rápido..

Sí. Puede ser cierto que nos aceleramos, que nos pudo la química, la magia, la complicidad. Puede ser cierto también que no le hicimos caso alguno a los consejos (propios y ajenos) de esperar y tomarnos "esto" con calma. "Esto". Ese es el nombre que le dimos ante la incapacidad de definir tanto con una o unas pocas palabras. Porque, a fin de cuentas, ¿cómo llamarle a esta gana de tenernos, de mirarnos, de ser felices de la mano? Pero más que todo, ¿por qué darle un nombre y encasillarlo como "algo" cuando en realidad ese "algo" lo es todo? 
¿Que te avise si nos estamos precipitando? Así será entonces. Te lo haré saber. Y te pido lo mismo. Avísame.
Aunque al final del día (o de la noche) decidamos ir más lejos y más rápido.

Eso es to.

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